lunes, 31 de agosto de 2009

Cuna 14, después del fin del mundo

Como todos imaginarán, la crisis mundial y las pestes golpearon fuertemente a la revista Cuna, que después de seis meses, sí, seis meses, vuelve a poner en la calle una nueva edición, la del fatídico número 14.
El tema de tapa es, precisamente, las pestes que nos acechan últimamente (crisis económica, dengue, gripe A, Macri, De Narváez), y cuenta con las valiosísimas notas de Mariano Quirós y Tony Zalazar, los únicos sobrevivientes del apocalipsis. El primero repasa algunos fines del mundo memorables, tanto de la realidad como de la ficción, y concluye que la mejor manera de afrontar el último de los días es junto a Viggo Mortensen. Por su parte, Tony Zalazar nos enseña un método infalible para medir el impacto de la crisis entre nuestros conocidos. Un método realmente genial, del que sólo podemos decir que, para Tony, el Apocalipsis es cuestión de ver en qué condiciones se encuentra nuestro sistema de evacuación.
Por suerte el Apocalipsis termina rápido, y luego viene la nota de Guido Moussa que, para hacerle la contra al tema de tapa, habla de los inicios, no del mundo sino del de algunas canciones. Pero lo de Moussa no es mucho más alentador. Luego de leer su nota estamos en condiciones de concluir una gran verdad: no hay nada más parecido al fin del mundo que el comienzo de una buena canción.
No podía faltar en este número la versión y perversión de Miguel Ángel Molfino. El gran escritor chaqueño ahora nos cuenta la revelación de los dioses que un privilegiado argentino tuvo en un cerro perdido del desierto mexicano. Pero ya se sabe que los argentinos no creen en esas cosas.
Pablo Black nos cuenta la noche en que Rosario Bléfari, la niña punk del rock, tocó en el microcine del Guido Miranda.
Sean Pennes, desde Hollywood, dedica su nota al viejo Clint Eastwood y a El gran Torino, su última y hermosa peli, desde la cual lee los tiempos que corren y también, como siempre sucede con Sean y Clint, mucho más.
Además, si no lo conocen, podrán saberlo todo o casi todo sobre Freddy Filete, el artista del fileteado que nos visita muy seguido y que el Chaco quiere hacer suyo para siempre.
María del Carmen Caroni de Saife escribe sobre vínculos y afinidades entre pintura y psicoanálisis. A partir de lo que se podría denominar la teoría lacaniana de la pintura, inicia un recorrido que merece toda nuestra atención.
Alfredo Germignani elige para su nota sobre periodismo una implacable definición lanzada por Horacio Verbitsky: “Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa”. Además nos encontraremos con la opinión de los periodistas Sergio Schneider, Pedro Teruel, Marcos Salomón y Martínez Miño.
Mariano Quirós vuelve a aparecer, pero ahora con una nota dedicada a la banda de rock Dale Gas, que también regresó y que además cumplió quince años y que, sobre todo, demostró estar en su mejor momento y lista para demoler escenarios.
Augusto Munaro, nuestro corresponsal en toda el virreinato, nos presenta a la poeta cordobeza Yanina Magrini, una de esas personas “que escriben poemas porque son poetas”, y no al revés. ¿Entendió, no?
Por su parte, Ernestina Acosta confiesa que nunca es tan feliz como cuando se encuentra en medio del caos de las campañas políticas, y Virginia Feinmann nos regala “Un pequeño arreglo doméstico”, un estupendo cuento que podría salvar su matrimonio.
Walter Quirós pone en el ruedo una nueva versión sobre la obra desaparecida de Crisanto Domínguez, ya se sabe, la mítica escultura del indio que tenía unas bolas inmensas. La versión habría sido contada originalmente por Constantino Escalante, un ciclista chaqueño que supo ganarse un lugar en las crónicas deportivas del 30.
Por último podrán disfrutar o llorar con nuestra editorial, que en realidad no es nuestra, sino de José Pablo Feinmann, pero que de cualquier manera expresa a la perfección lo que mucho de nosotros sentimos luego de las últimas elecciones: ¡Apocalypse Now!