sábado, 29 de diciembre de 2007

Cantor de tangos


La imagen es elocuente. Francisco Tete Romero, subsecretario de Cultura de la provincia del Chaco, dijo basta, éste soy yo... y dejó a un lado al escritor que siempre fue y se animó con una versión notable del tango "Los mareados". Aunque el subsecretario, para ser fiel a su estilo, recordó que esa hermosa letra, obra del gran Enríque Cadícamo, tuvo como título original "Los dopados". La censura de la época, dijo Tete Romero, obligó a que le cambiaran el título. Por eso, cada vez que la canción se acercaba a la parte aquella que dice "...qué me importa que nos llamen los mareados", Tete cambiaba la letra y decía, casi a los gritos, "que nos llamen los dopados". Bien por él y por su lanzamiento tanguero.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Bandera Fuego Motosierra


Consternados. Así es como quedaron los asistentes al acto realizado el miércoles en General San Martín, y mediante el cual quedó conformado el Consejo Provincial de Cultura. ¿Por qué?, se preguntarán ustedes. Por qué la consternación. Por la actitud salvaje y un tanto fundamentalista del subsecretario de Cultura de la Provincia, Francisco Tete Romero, que se dejó llevar por sus impulsos primarios y llamó a quemar (así como escuchan, o como leen) la hermosa y flamante bandera que nos representa ante el país. Consternados nosotros mismos (quienes hacemos revista Cuna) por semejante episodio, pedimos consejo al ya mítico escultor Fabriciano Gomez, un representante cabal y genuino de los intereses culturales de la provincia. Como era de esperarse, Fabriciano señaló su más enérgico repudio al bárbaro llamado hecho por Romero: "Cuando quiera y como quiera, el subsecretario tendrá que vérselas conmigo; él no es el dueño de la provincia, que sepa que mi motosierra, la misma que diera forma a tantas esculturas que hoy adornan nuestro paisaje, lo están esperando con las cuchillas afiladas", afirmó un Fabriciano al borde del Alzheimer. Desde este blog izamos una plegaria y llamamos a que prime la cordura.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

¿Por qué?


No sabemos si esta actitud de Carla Bruni responde a su habitual necesidad de confundir, o de dar un paso más allá, o quién sabe qué. No lo sabemos. Pero lo cierto es que Carla nos acaba de clavar otro puñal por la espalda. ¿Sarcozy? ¿¡Ahora Sarcozy!? No es noticia que vivimos en un mundo injusto, pero esto es demasiado. Pensar que Carla puede estar, entre tantas otras cosas, cantando canciones al oído de ese miserable francés nos vuelve locos. Dicen que la Navidad es una época de fe y esperanza, dicen que el final de un año y el comienzo del siguiente sirven para replantearse algunas cuestiones. Ojalá Carla replantee su vida. De no ser así pueden seguir diciendo lo que quieran. El mundo es un lugar espantoso para vivir.