martes, 19 de agosto de 2008

Ya está... Cuna 10

Cuna 10, en la calle. A celebrar

Ni siquiera sus creadores lo imaginaron, y si lo imaginaron, fue de un modo por completo diferente. Lo cierto es que revista Cuna ha llegado a su edición número 10, algo que tal vez no signifique mucho pero que bien visto sí que significa más que mucho. ¿O no? Diez números entonces, una especie de número redondo que vamos a celebrar como ningún otro.
Mempo Giardinelli es el encargado de abrir, desde la portada, esta edición: primero, con una entrevista que el escritor se encargó de responder con oficio, elegancia e inspiración, en un paseo por su obra, por su vida y por sus gustos y disgustos (Lo que hace a toda buena entrevista, en realidad. Esta es una buena entrevista, garantizado). Incluida también, por supuesto, la mención a aquella obra que “por pura coquetería”, Mempo ha preferido censurarse. Tete Romero completa el círculo y nos cuenta cómo incidieron en su formación la literatura, el coraje y las inquietudes de Mempo.
Pero como siempre, hay más: Noelia Carbó y Cecilia Lis García, cada una por su lado, fueron a ver a dos de los mejores escultores jóvenes que está pergeñando la provincia: Tati Cabral y David Abt. Tati, con “Vuelos”, su última muestra, ya ha dado muestras suficientes de que la levedad de su obra, tal como dice el crítico Gustavo Insaurralde, es una levedad más bien punzante, capaz de incomodar. Y David arremete a su vez con hierro, agua y puro surrealismo. Hay que atreverse…
Fernando Parra, en cambio, repasa la obra del escritor norteamericano Philip Roth, en una mezcla de obsesiones en las que priman los álter egos de un autor que se ha encargado de describir como pocos el mundo entre opresivo y políticamente pacato del Imperio. Por eso mismo, peligroso.
Sergio Schneider, palabra mayor del periodismo chaqueño (palabras en realidad), rescata una gloria perdida de entre los grandes maestros que han hecho de nuestra prensa lo que nuestra prensa es: la historia de Ben Derk.
A Pablo Black le robaron su mochila. Adentro iba un libro del escritor mejicano Juan Villoro. Resultado: una reseña que pide el regreso, no ya de su mochila, sino de un libro (no casualmente titulado “Los culpables”), que le movió el piso y que lo ha llevado a dudar de sí mismo, y sobre todo, de su estructura moral.
Y ya que hablamos de estructura moral, Mariano Quirós entrevistó a Alfredo “Globo” Ayala, buscando tal vez que el Globo, gran actor, confiese que nunca en su vida llegó a contar con semejante cosa. Resultado: un largo monólogo en el que resuenan las carcajadas de un Globo de alto vuelo.
Néstor Melgratti se decidió, y cansado de ser discriminado y bastardeado en los cenáculos académicos, grita a los cuatro vientos por qué es imperioso que le hagan entrega ya, pero ya mismo, del ansiado Nobel de Literatura. Nosotros ya se lo dimos.
Pero hay más, mucho más: ZAID presentó hace un par de semanas su libro “El año de la masacre”, novela que recoge, desde las voces que rara vez se escuchan, los pormenores de la Masacre de Napalpí. Aquí en Cuna, un par de capítulos desgarradores.
Ariel Sobko ofrece a su vez, un fragmento de su relato “Cinco entregas para un psiquiatra”; lo que ofrece son dos entregas, un relato paranoico y maquinal, y en algún punto desesperado.
Pero también está Seann Pennes, que nos cuenta cómo vive el Imperio la posibilidad de su nueva esperanza negra: Obama. También tenemos un rejunte de los rasgos más divertidos de la gentuza de bien del Chaco y de la Argentina; el reclamo de un rockero resistenciano desahuciado, y lo que dejó la muestra de Mamushkas de Luciano Acosta, artista plástico que, como todo el mundo sabe, es el responsable, con su diseño, de que Cuna sea la hermosa revista que es. Celebremos este número 10. Vamos, celebremos…