jueves, 17 de abril de 2008

Luciano Acosta

Nuestro artista plástico y diseñador gráfico favorito, Luciano Acosta, pasó el fin de semana bajo el puente General Belgrano, desde el lado correntino, participando de un concurso que, muy probablemente, no ganará. No importa. Para nosotros, con este cuadro, tiene el cielo ganado. Dale pibe, pintá. Esta es la dirección de su blog, para que miren qué otras cosas hace: www.flickr.com/ilustradordechaco

lunes, 14 de abril de 2008

Vargas Llosa y los piquetes



El correcto blog datachaco.blogspot.com, que nada tiene que ver, aclaran sus creadores, con el sitio de noticias rozista datachaco.com, reproduce fragmentos de una nota publicada por el escritor peruano Mario Vargas Llosa en el diario La Nación, luego de haber sido, Vargas Llosa, retenido un par de horas o tal vez unos cuantos minutos, por un grupo piquetero cerca de Rosario. Si bien es cierto todo lo que dicen en el blog acerca de Vargas Llosa y de su lamentable sintonía con la derecha más recalcitrante de la humanidad, es también muy cierto que la irreverencia del peruano merece un aplauso. Al carajo con todos, a elegir: civilización o barbarie. Y el Nobel de una puta vez para Vargas Llosa. Y que el fantasma de Borges se levante, como él dice, pero para sodomizar a media Argentina con un hermoso y pulido bastón de ciego.
A continuación, les ofrecemos lo pegado en el blog:

"Tras haber sido víctima de una “emboscada” piquetera en Rosario, el escritor peruano Mario Vargas Llosa escribió, en un artículo que publica hoy el diario La Nación titulado Borges y los piqueteros, que la Argentina, otrora el país más próspero y mejor educado de América latina, “rechazó el camino de la civilización y optó resueltamente por la barbarie”.Indignado por lo que él define como “apabullante furia de esta horda de salvajes”, Vargas Llosa considera a los piqueteros un emblema de esa “otra Argentina”, distinta de aquella de los tiempos de Jorge Luis Borges.Así, para el autor de La ciudad y los perros, el país involucionó a “una nación que, poco a poco, renuncia a todo lo que hizo de ella un país del Primer Mundo –la democracia, la economía de mercado, su integración al resto del globo, las instituciones civiles, la cultura de brazos abiertos-” para “empobrecerse, dividirse, ensangrentarse, provincianizarse, y, en resumidas cuentas, pasar de Jorge Luis Borges a los piqueteros”.Pero hay más. Vargas Llosa opina que la Argentina sufrió un “proceso de barbarización política que latinoamericanizaría” al país y “revelaría a los argentinos al cabo de los años que, en verdad, no eran lo que muchos de ellos creían ser –ciudadanos de un país europeo, culto, civilizado y democrático, enclavado por accidente en América del Sur–, sino, ay, nada más que otra nación del Tercer Mundo subdesarrollado e incivil”.Es cierto que, como dice Beatriz Sarlo en un artículo que este blog recomienda (Piquetes y derechos humanos, publicado en Perfil), “el cualquierismo argentino extendió el método del corte (de calles y rutas) y del piquete para los reclamos más variados”, a tal punto que el último lockout del campo se dio en las rutas. También es cierto que, como lo señala Vargas Llosa, hay piqueteros que hoy actúan como las fuerzas de choque del poder político. El caso más emblemático es el del inefable Luis D’Elía.Es decir, el piquete, que nació como la reacción de desocupados en contra de las políticas neoliberales implantadas por el menemismo en los 90, se fue transformando en un estigma del malestar social argentino. En 2001, mientras algunos salían a las calles a protestar contra el “corralito” y los bancos, otros cortaban las calles y rutas en reclamo de comida o trabajo.Ahora bien, circunscribir la “barbarie” argentina a los piqueteros es cuanto menos un insulto. En rigor, la barbarie de la que habla Vargas Llosa fue generada por las ideas liberales que él defiende, cuya aplicación en la Argentina, desde la última dictadura militar en adelante, sólo causó estragos, como en la mayoría de los países del Tercer Mundo que él califica de “subdesarrollado e incivil”.La economía de mercado, a la que, según Vargas Llosa, la Argentina ha renunciado (quizá crea que la política económica del kirchnerismo es de corte socialista), es la causa del proceso de barbarización que ha sumido a este país. Ella, no los piqueteros, es la pesadilla de la que la Argentina tiene que despertar".