miércoles, 10 de junio de 2009

“Garabatos / Walsh” de Marcelo Alejandro Caparra


Garabatos /Walsh
El texto de Marcelo Alejandro Caparra es una exuberante construcción en torno a la vigencia política y social de la obra de Rodolfo Walsh,
abordada desde la herramientas teóricas de la filosofía, la historia, la poesía y la crítica literaria. En él se trabaja una inversión en la oposición “Civilización/Barbarie”
en la poética walshiana.

El autor
Marcelo Alejandro Caparra es Profesor de Enseñanza Media y Superior en Letras, egresado de la Universidad Nacional del Nordeste. Fue presentador y prologuista de numerosos libros, entre ellos "Hatum Pampa", de Daniel Acosta Velazquez, "Último tango en parir", de Mario Caparra, "Eclipse de mujer" de Francisco Tete Romero, "Merodea" de Jorge Dipré, entre otros.
Es columnista y colaborador de publicaciones culturales, entre ellas las revistas "La Espalda", "Cuna", "Dibujarnos de nuevo" y "Waykhuli".
Expuso y brindó charlas en las Jornadas de Estudiantes de Letras (años 2003 a 2006), Jornadas Estudiantiles de Filosofía (años 2004 a 2008) y Jornadas Interdisciplinarias SuCiudad Anónima, organizadas por Ananga Ranga Taller en la Biblioteca Rivadavia de Resistencia (2008).
Su polifacética actividad cultural incluye la autoría y codirección de obras de teatro, y como músico, fue bajista de varias bandas (Tres al hilo, Extrema Unción, Guaruma, Alter Ego).

Colección Varvarie
La colección es un producto del sello editorial Ananga Ranga Taller.
Está dirigida por el escritor Mario Caparra e ilustrada por el periodista y artista plástico Mario Quinteros.

Rodolfo Walsh
“Rodolfo Walsh nació a la edad de 29 años. Tres factores lo hicieron nacer: un rumor, una agonía, un rostro desfigurado. El rumor: una voz le dice: “Hay un fusilado que vive”. Antes, era una conciencia abstraída del drama en el que la clase obrera soportaba la represión de la “Revolución Libertadora”. Sin embargo otro Walsh había comenzado a nacer poco antes: el 9 de junio de 1956 se produce un alzamiento cívico-militar y Walsh escucha la agonía, el estertor de un soldado: Ese hombre no gritaba al morir ‘Viva la patria’, sino ‘No me dejen solo, hijos de puta’.”