No sabemos si esta actitud de Carla Bruni responde a su habitual necesidad de confundir, o de dar un paso más allá, o quién sabe qué. No lo sabemos. Pero lo cierto es que Carla nos acaba de clavar otro puñal por la espalda. ¿Sarcozy? ¿¡Ahora Sarcozy!? No es noticia que vivimos en un mundo injusto, pero esto es demasiado. Pensar que Carla puede estar, entre tantas otras cosas, cantando canciones al oído de ese miserable francés nos vuelve locos. Dicen que la Navidad es una época de fe y esperanza, dicen que el final de un año y el comienzo del siguiente sirven para replantearse algunas cuestiones. Ojalá Carla replantee su vida. De no ser así pueden seguir diciendo lo que quieran. El mundo es un lugar espantoso para vivir.
1 comentario:
no hade de importar, si carla bruni se fuera con otro la seguiria por tierra y por mar... por mar en un buque de guerra y por tierra en un TGV presidencia.!!
(no digas si di oui...dodo)
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